El sector público es clave para promover la integración, hoy le agregaremos la capa extra de la influencia del servicio de transporte. Su rol es el de asegurar que las instituciones o empresas respondan a todas las necesidades de hombres y mujeres. Al mismo tiempo, deben garantizar entornos laborales seguros y equitativos para que las mujeres puedan acceder igualitariamente a las oportunidades laborales.
El gobierno de El Salvador es un gran ejemplo de la búsqueda de la equidad. Ya que ha sido pionero en la elaboración e implementación de instrumentos de planificación con perspectiva de género. En 2015, el Ministerio de Obras Públicas y Transporte lanzó su primera política de igualdad de género. Esta fomenta proyectos de fortalecimiento institucional, pero sobre todo sirvió de ejemplo para los países.
Un cambio político a favor de las mujeres
A partir de la evaluación para el período 2015-2020, en países como El Salvador, se han visto en la necesidad de actualizar y fortalecer políticas. Es aquí cuando interviene la mano del BID y el Transport Gender Lab, quiénes contribuyeron en la renovación considerando líneas de acción. Fué un cambio desde el interior del ministerio hasta alcanzar sus niveles más externos.
Ahora hay una inclusión a usuarias de las empresas de transporte y las mujeres que participan laboralmente en este tipo de negocio. Estas acciones sostenidas han permitido alcanzar resultados, que deben ser tomados como ejemplo. Por eso quisimos recopilar algunos de los más significativos, para que pueda notarse que los cambios sí tienen un fin.
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Desde el año pasado se han contratado 53 microempresas de mantenimiento vial. Gracias a este hecho se lograron ocupar un 46% de los puestos laborales ocupados por mujeres.
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El MOPT tuvo un aumento de mujeres en sus nóminas, incluyendo puestos de manejo de transporte pesado. Son ahora conductoras de volquetas, grúas, rastras, maquinaria, al igual que son partícipes del mantenimiento y las cuadrillas para mantener las instalaciones.
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Ahora hay incorporaciones de mujeres en los pliegos de licitación del 10% del personal para labores no tradicionales.
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El MOPT ya tiene su Protocolo de actuación, que atiende a hechos de discriminación o violencia contra las mujeres y razones de género.
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En 2015 cuando se dió la primera ley de equidad e igualdad sólo un tercio de las personas podía identificar una situación de acoso sexual. En 2021 con la actualización de la política hubo un incremento en el número, 66% de las personas puede reconocerlo.
Políticas que han contribuido
La Política de Igualdad y Equidad de Género es responsabilidad de la Unidad de Género de la Gerencia de Talento Humano y Cultura Institucional. Para funcionar como es debido, contempla cuatro ejes estratégicos, que podrían a la larga ayudar al servicio de transporte. Que ayudan logrando que las políticas se conviertan en acciones concretas tanto a nivel institucional como en los proyectos de infraestructura.
Eje 1: institucionalización del enfoque de género
Este primer eje trata del fortalecimiento de la Unidad de Género a través de la asignación de presupuesto. Tiene el fin de mejorar las capacidades del equipo, un plan de trabajo anual y la creación de alianzas intra e interinstitucionales. También se busca más armonía en la normativa institucional, con procedimientos que fomenten la igualdad y prevengan la discriminación.
Se propone en este primer eje, definir lineamientos para la confirmación de presupuestos institucionales más equitativos al género. Así como lograr que el plan anual tenga un enfoque que evite el uso estereotipado de la imagen de mujeres y hombres.
Eje 2: implantación de una cultura organizacional sin discriminación contra las mujeres
Contempla el aumento de la participación de mujeres en trabajos no tradicionales a través de los procesos más justos de selección y contratación. El punto de inicio será un análisis de las brechas salariales para definir las futuras acciones, para así diseñar políticas institucionales de promoción/ascenso. Se realizará un diagnóstico de la infraestructura del ministerio para mejorar las condiciones de trabajo según las específicas de hombres y mujeres.
Se incluirá un programa de mentorías que prepare al talento femenino para posiciones de liderazgo, dónde se solía contratar solo a hombres. Para la prevención del acoso sexual y laboral se actualizará el protocolo de actuación. Involucra la ejecución de campañas de sensibilización y promoción de la denuncia, a su vez se ejecutarán campañas de paternidad responsable.
Eje 3: lograr las obras públicas previendo el maltrato de género
Este tercer eje plantea los lineamientos de prevención de violencia basada en género específicamente en las obras públicas. Asimismo, se ve reflejado un análisis diferenciado del impacto de la obra pública en la vida de hombres y mujeres. Al igual que la creación de una plataforma donde se gestionan espacios de participación ciudadana con enfoque de género e intersectorial.
Eje 4: organizar el transporte con enfoque de género
Se hará la incorporación de medidas que aseguren condiciones de igualdad y seguridad para mujeres a partir del análisis diferenciado del impacto del servicio de transporte. Visualiza también el aumentar la participación de mujeres como empresarias y conductoras.
Además, se brindarán campañas de prevención de violencia en las unidades de transporte, explicando el protocolo para reportar casos de acoso. Y, lo que es vital, la ejecución de exámenes psicológicos para detectar rasgos de violencia o ira en personas conductoras.
Avanzamos hacia un mejor entorno laboral
El éxito de todo este tipo de acciones, involucra que se les dé seguimiento y evaluación constante. Es necesario hacerlo a medida que se avanza en la implementación, para así conseguir identificar si requieren de ajustes sobre la marcha.
La Política de Igualdad y Equidad de Género 2022-2026 del Ministerio de Obras Públicas y Transporte de El Salvador es un gran ejemplo. Una muestra de cómo se puede alcanzar la equidad de género en sectores que eran meramente retrógrados. Para poder llevar a cabo un cambio, hay que contar con compromisos a mediano o largo plazo. Solo así se lograrán transformaciones profundas en el servicio de transporte y demás entornos laborales.