Ya sea al volante, diseñando redes o poniendo en marcha programas completamente nuevos, las mujeres están liderando el camino en el transporte público innovador. Un transporte inclusivo que sea equitativo se logra al creer en un mundo donde todos tengan acceso a una movilidad eficiente y asequible.
El mercado del transporte se siente honrado de asociarse a numerosas mujeres innovadoras que aportan sus experiencias y conocimientos para ayudar a construir un mundo más conectado. En este artículo se estarán compartiendo algunos beneficios que tiene el transporte público para la seguridad de las mujeres.
Si miramos alrededor de nuestro entorno urbano, queda claro que todas las ciudades del mundo fueron diseñadas y construidas por hombres para hombres, incluida nuestra infraestructura de transporte. Los hombres y las mujeres tienen diferentes patrones y necesidades de viaje y por ello sus percepciones del espacio y la orientación son radicalmente diferentes.
Los hábitos de viaje de las mujeres son más diversos
Es importante comprender las necesidades de viaje de las mujeres para cerrar la brecha de movilidad en la inclusión de género. La intención de este artículo es llamar la atención sobre las necesidades de las mujeres en la movilidad urbana y discutir cómo las mujeres usan diferentes modos en los servicios de transporte.
Las mujeres tienen diferentes necesidades y comportamientos cuando se trata de transporte y movilidad. Mientras que los patrones de viaje de los hombres son bastante fáciles de predecir, los de las mujeres son más complejos debido a los roles sociales atribuidos a las mujeres. Enfrentadas con responsabilidades domésticas históricamente más pesadas, las mujeres tienden a tomar trabajos más cerca de casa y trabajar menos horas y/o trabajar en horarios irregulares.
En promedio, los hombres están dispuestos a aceptar un viaje 14% más largo que las mujeres. Estadísticamente, las mujeres también son más propensas a realizar viajes en cadena, en los que participan en viajes de múltiples propósitos y múltiples paradas a lo largo de su viaje, probablemente debido a obligaciones domésticas como el cuidado de los niños, ayudar a los miembros mayores de la familia y hacer paradas para comprar comestibles.
Hombres vs Mujeres en cuanto a viajes
La diferencia es significativamente mayor entre las mujeres que tienen niños pequeños. Tener un niño pequeño en casa aumenta los viajes de las mujeres en un 23 %, ya que las mujeres tienen tres veces más probabilidades que los hombres de llevar a los niños a la escuela y un 80 % más de probabilidades de viajar en cadena.
El mercado sugiere que los patrones de movilidad de las mujeres son más diversos que los de los hombres.
Se ha estudiado que solo dos tercios de los viajes que realizan los hombres son por trabajo, en comparación con sólo la mitad de los viajes que realizan las mujeres. Casi un tercio de los viajes que realizan las mujeres son para tareas del hogar, mientras que sólo una octava parte de los viajes de los hombres están relacionados con las responsabilidades del hogar.
Con las exigencias de su vida diaria, las mujeres, en promedio, valoran más que los hombres el beneficio de un viaje más corto y la capacidad de mantener un horario flexible. Las mujeres son la mayor cantidad de usuarios del transporte público en todo el mundo. Sin embargo, sus aportes no se tienen en cuenta.
De hecho, a nivel mundial, las mujeres constituyen la mayoría de los usuarios del transporte público. Algo que persiste en la mira de la industria del transporte, es la seguridad. Estas afectan de manera desproporcionada a las mujeres que usan el transporte público.
¿El servicio para mujeres es más costoso?
En muchos países los servicios de transporte dirigidos especialmente a mujeres, son muy costosos. Por ello en muchos casos, las mujeres se dirigen a los servicios públicos. Esta es la única opción para muchas mujeres, incluso si las rutas no son convenientes para sus desplazamientos y el servicio fuera de las horas pico no es ideal para hacer mandados y seguridad.
El problema con el diseño del transporte público es que no tiene en cuenta las necesidades específicas de género. Por ejemplo, las correas de los autobuses son difíciles de alcanzar para muchas mujeres, ya que fueron diseñadas para adaptarse a un cuerpo masculino más alto en promedio. En los subterráneos, tratar de subir y bajar de manera oportuna con niños pequeños o un cochecito, es un desafío.
Las rutas típicas de los hombres suelen ser cortas y simples: a menudo hacia y desde el trabajo. Sin embargo, el uso del transporte por parte de las mujeres era más complejo y variado, y por lo general incluía varios viajes al día en metro y a pie, porque se considera que es muy costoso.
Los urbanistas se dieron cuenta de que los hombres y las mujeres tienen diferentes necesidades y usos de los sistemas de transporte debido a sus roles históricamente diferentes en la sociedad.
En consecuencia, la ciudad prioriza las necesidades de las mujeres en los proyectos de transporte ampliando las aceras, agregando rampas para los cochecitos y mejorando la iluminación para mayor seguridad.
Transporte público inclusivo, seguro y eficiente
La seguridad y la protección son los principales factores que influyen en las preferencias de movilidad de las mujeres. Las mujeres de muchas ciudades suelen pagar más por usar taxis y servicios de transporte privado para evitar el acoso. El hacinamiento no es solo un problema de comodidad; también es un problema de seguridad. Las mujeres han indicado que evitan los autobuses en ciertos momentos debido a que las siguen y acosan.
Los tiempos están cambiando y con más y más mujeres ingresando a la fuerza laboral al mismo tiempo que equilibran las tareas de cuidado, una red de transporte público bien diseñada que aborde la accesibilidad, la disponibilidad y la asequibilidad para las mujeres mejorará la seguridad, el movimiento y el acceso de las mujeres a oportunidades profesionales y sociales. El transporte público ha considerado este y muchos otros factores como los costos, además de muchos otros y por ellos ha decidido plantear nuevas políticas que favorezcan equitativamente a las mujeres.
