La última milla se ha convertido en el campo de batalla crucial para las empresas de delivery, taxis, logística y e-commerce. En entornos urbanos saturados, el tráfico suele ser denso, además de que existe la creciente expectativa de entregas o viajes express. Los retrasos no sólo van acabando poco a poco con la rentabilidad, sino que destruyen la experiencia del cliente.
Evitar la impuntualidad por tráfico y saturación no se logra con más vehículos, es más bien la inteligencia logística sumada a la automatización. La clave reside en transformar la gestión reactiva en una planificación predictiva sin que deje de ser flexible, impulsada por software especializado. Con el fin de que se pueda cumplir esto, tenemos la explicación completa sobre el camino que como empresa se debe tomar.
Lograr anticiparse a la congestión
La planificación de rutas estáticas ignora las dinámicas cambiantes de las ciudades más pobladas. Una estrategia efectiva de última milla debe ser proactiva, que utilice datos avanzados para predecir y evitar los retrasos en entregas. El software de gestión de última milla (TMS) utiliza algoritmos que van mucho más allá de calcular la distancia más corta:
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Tiempos de viaje predictivos: El sistema analiza patrones históricos de tráfico por hora del día, día de la semana y temporada. Por ejemplo, el tráfico de los viernes por la tarde o las horas de salida del oficinista. Utiliza esta información para predecir cuánto tiempo durará realmente un segmento de la ruta.
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Integración con tráfico en vivo: El sistema se alimenta de APIs de tráfico como Google Maps Platform para detectar bloqueos inesperados, accidentes o cierres viales. Si un mensajero queda atrapado, se calcula dinámicamente las rutas de los vehículos afectados para reasignar las entregas urgentes a otra unidad.
Los clientes corporativos o las empresas de e-commerce a menudo exigen ventanas de entrega específicas, por ejemplo, entre 10:00 a.m. y 12:00 p.m. La optimización de rutas debe incorporar estas ventanas como restricciones inamovibles. Se planifica la secuencia de entrega no solo por proximidad, sino para garantizar el cumplimiento de todas sin generar tiempos muertos innecesarios.
¿Cómo lograr la flexibilidad operacional?
La mejor estrategia contra la congestión vehicular es la capacidad de adaptarse sobre la marcha. La automatización permite una respuesta ágil a las interrupciones, exigiendo pensar más allá de la furgoneta tradicional. Un buen sistema de gestión de última milla debe ser capaz de integrar y optimizar rutas para diferentes tipos de vehículos: furgonetas grandes y vehículos ligeros como motos o bicicletas.
La nueva reasignación inteligente
El operador no debe ser el cuello de botella al reaccionar a la saturación. Primero, el sistema detecta que un conductor se ha desviado significativamente de su ETA debido a una congestión imprevista. Luego el software puede re-asignar automáticamente las entregas posteriores que ese delivery ya no podrá cumplir. Estas son transferidas a otros con capacidad disponible cercana, manteniendo la promesa de entrega.
Para reducir la congestión en zonas céntricas, la empresa puede utilizar la analítica de su software para identificar los puntos de alta densidad. Estableciendo así micro-hubs o puntos de recogida (PUDOs) para una buena gestión operativa. Estos puntos actúan como bases temporales, permitiendo a los mensajeros realizar entregas finales a pie o vehículos livianos.
¿El caos está en tu punto de carga y descarga?
Un porcentaje significativo de los retrasos dados se produce en los últimos metros de la entrega. Ya sea en la búsqueda de un lugar donde estacionar o en la gestión de la mercancía. Asimismo, reducir el tiempo de espera del mensajero también es un factor a tener en consideración. Pero no hay que preocuparse, en todos estos problemas es vital la comunicación proactiva tanto con el proveedor como con el cliente.
El software envía al cliente una notificación con la ETA actualizada. Ésta a menudo con un margen de 15 minutos y un enlace de rastreo en tiempo real. Asegurando que el cliente esté listo para recibir el paquete en cuanto llegue. La aplicación del mensajero debe almacenar instrucciones específicas: código de entrada, lugar de recogida, entre otros. Para así eliminar la pérdida de tiempo en llamadas telefónicas al llegar al destino.
Mejoras continuas a tu servicio
La lucha contra la saturación y los tiempos de traslados es una batalla que se gana con datos. El sistema SaaS proporciona KPIs clave que revelan dónde están los problemas reales de la operación:
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Tasa de desviación de la ruta planificada: Mide con qué frecuencia los mensajeros tienen que desviarse por problemas no previstos. Una tasa alta indica que la planificación predictiva debe ajustarse mejor a ciertas zonas.
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Tiempo promedio de parada: Mide cuánto tiempo pasa el mensajero en el punto de entrega. Si esta métrica es alta, indica problemas con la gestión de la carga, la documentación o la dificultad de acceso al cliente.
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Rentabilidad por ruta: El sistema identifica qué rutas son menos rentables debido a la congestión o los largos tiempos de espera. Permitiendo a la empresa imponer recargos por zona o renegociar contratos.
Una vez que se pueda lograr poner el check al lado de estos ítems, sabrás que estás en la vía adecuada. Esto llevará tiempo y esfuerzo pero es lo más rentable si se quiere sobrevivir en zonas urbanas con afluencia excesiva en las horas pico del día.
Huir del tráfico hacia la puntualidad
La saturación y el tráfico son realidades ineludibles de la última milla urbana, pero sus efectos pueden ser mitigados con una estrategia de digitalización inteligente. Adopta un sistema SaaS de gestión que integre optimización de rutas, flexibilidad dinámica y analítica avanzada. Así lograrás transformar la última milla de la entrega en una ventaja competitiva de velocidad, transparencia, pero sobre todo, de eficiencia.
