Comprender cómo se debe manejar una baja por accidente es una necesidad para asegurar que tu empresa de taxis salga bien parada siempre. Además existen derechos de los trabajadores y, simultáneamente, hay que administrar los procesos internos de manera correcta. Por eso te presentamos puntos clave y enfoques que puedes considerar aplicar al darse esta situación.
¿Qué es la baja por accidente de tráfico?
La baja por accidente de tráfico se da cuando un conductor experimenta una eventualidad que restringe completa o parcialmente su habilidad para realizar sus tareas laborales. Lo que lleva a la necesidad de un periodo de recuperación. Esta baja suele estar regulada por la Seguridad Social y puede clasificarse en función de las condiciones en las que sucedió.
Si el suceso se da durante el horario del conductor de taxis o en la ruta directa entre el hogar y el lugar de trabajo, se clasifica como accidente laboral. Si en cambio esto ocurre en un entorno personal y no vinculado con el rendimiento en el trabajo, se considerará como un accidente no laboral. En estas situaciones, el trabajador tendrá el mismo derecho a la baja laboral, aunque los gastos y procedimientos estarán solo a cargo de un seguro si se posee o por cuenta del conductor.
Causas comunes de accidentes en negocios de transporte
Entre los factores principales suelen estar: la falta de descanso adecuado, distracciones por el uso del teléfono, factores externos, incumplimiento de los límites de velocidad y la conducción bajo los efectos del alcohol o drogas. Sin embargo, también el que el conductor tenga alguna condición médica preexistente puede afectar la capacidad de conducción.
Entre estas variables están las causas vehiculares como suelen ser: el mantenimiento deficiente, la falta de revisiones periódicas, neumáticos desgastados, fallas mecánicas, exceso de peso que afecta la estabilidad y el frenado del vehículo. Asimismo, las condiciones ambientales pueden jugar en contra aumentando el riesgo de accidentes, sean lluvias o niebla que obstaculicen la visión del conductor.
Consecuencias para las empresas
Al tener una inversión que puede correr riesgos por múltiples circunstancias, que incluso se escapan de las manos de los propios conductores, hay distintas consecuencias. Que dependiendo de la gravedad tendrán dos vertientes para tu empresa de taxis, los costos directos y los indirectos.
Costos directos
Los costos directos son aquellos gastos que pueden ser directamente atribuidos a la producción de un producto o servicio. Son costos que se relacionan directamente con el proceso de creación, entrega del bien o servicio y se pueden rastrear fácilmente. Entre los posibles para tu empresa están los siguientes:
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Reparación o reemplazo de vehículos dañados.
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Gastos médicos y de rehabilitación de los empleados.
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Indemnizaciones por lesiones o fallecimiento.
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Costos legales y administrativos.
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Aumento de las primas de seguros.
Al tener cualquiera de los anteriormente mencionados, su negocio verá una fuga de dinero que deberá prever en sus presupuestos. Como teniendo un abogado propio de la empresa o asociándose con una aseguradora que pueda pagarse a mitades con los trabajadores.
Costos indirectos
Los costos indirectos son aquellos gastos de una empresa que no se pueden asignar directamente a un producto o servicio específico. Pero que son necesarios para la operación general de la empresa y para la producción del servicio. En este caso indirecto podrían darse los que mencionaremos a continuación:
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Pérdida de productividad por la ausencia del trabajador accidentado.
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Interrupción de la operación y retrasos en las entregas.
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Daño a la reputación de la empresa que conlleve a la pérdida de clientes.
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Disminución de la moral y el clima laboral.
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Investigaciones con posibles sanciones regulatorias.
Podemos observar que aunque estás no conllevan un gasto inmediato de parte de la empresa de taxis, a la larga sí se genera. Ya que al bajar los niveles de productividad, no tener conductores o clientes que dejen malas reseñas, se va bajando la calidad del servicio. Dejándose de producir de la manera acostumbrada o teniendo que invertir nuevamente en aspectos que ya estaban cubiertos.
Estrategias para la prevención
Para poder prevenir que muchos de estos riesgos anteriores tengan una posibilidad más alta de ocurrir, hay que fortalecer varios aspectos. Primero, tiene que haber una elección rigurosa y capacitación completa de los conductores. En la que se haga una evaluación exhaustiva tanto de habilidades como de antecedentes. Incluyéndose los programas de formación inicial en conducción segura, manejo defensivo, primeros auxilios, además del estudio de las normativas de tránsito.
Tiene que haber gestión de la fatiga en los conductores, con la implementación de horarios de trabajo y descanso adecuados. Además del mantenimiento preventivo de los vehículos, estableciendo un programa de mantenimiento regular. A esto puede ayudar incorporar tecnologías de seguridad como: sistemas de frenado avanzado, de alerta de colisión y mantenimiento de carril, monitoreo GPS para supervisar la conducción e inclusive, cámaras a bordo para análisis de incidentes.
Cuidar la inversión con la máxima prevención
Para poder lograr llevar a cabo una buena gestión de prevención de riesgos, debe de darse una definición clara de normas y procedimientos de seguridad. Manteniendo siempre tanto la supervisión como el control aplicando un sistema de reporte de incidentes con análisis de causas. E inclusive, se pueden promover programas de incentivos por conducción segura.
Es vital que todos como ciudadanos promovamos la llamada “cultura de seguridad”, en especial si se labora en el nicho de transporte. Hay que fomentar un ambiente donde la seguridad sea un valor fundamental. Promoviendo la participación activa de los empleados en la identificación de riesgos y la propuesta de soluciones. Esto ayudará a que siempre haya comunicación abierta y transparente sobre temas de seguridad, cubriendo las espaldas de tu empresa de taxis al máximo.