La micromovilidad es el resultado de la evolución de los cuidadanos y su forma de moverse. Es a su vez la búsqueda de la novedad en medios de transportes, que es eficiente pero sostenible. Hay que tener claro que esto no llega para suplantar a los automóviles cotidianos, ni a los taxis o autobuses. Es más una alternativa para desahogar la afluencia de las zonas urbanas y evitar el colapso circulatorio.
Este tipo de movilidad hace referencia a los vehículos más pequeños, que suelen ser livianos y funcionar con energías más ecológicas. Vino del término “micromovility”, analizado por primera vez en el 2017 por Horace Dediu. Este incluye a los VMP o Vehículos de Movilidad Personal, “que son de una o más ruedas” y “propulsados por motores eléctricos”.
¿Cuáles son los vehículos de movilidad personal?
Ya mencionamos varios detalles que dan pista del camino que siguen estos medios de transportes eléctricos. Suelen tener como característica que son de una sola plaza, o sea, para una persona. Aunque ya hemos visto algunos modelos de bicicletas compartidas que usan energía para potenciar la velocidad. Mencionaremos algunos de los vehículos más usados hasta ahora:
● En esta categoría entran bicicletas, que ahora gracias al desarrollo tecnológico vienen tan variadas que no se reconoce al modelo convencional. También se suelen llamar de pedaleo asistido, ya que el motor eléctrico puede alcanzar los 250 W, y la velocidad máxima no supera los 25 km/h.
● Monopatines o patinetes, este ha agarrado fuerza entre los medios de transporte en el último par de años. Su velocidad máxima es 25 km/h y suelen estar entre esta cifra y los 6 km/h.
● Los segways empezaron a usarse de manera recreacional hace algún tiempo, pero solo ahora se le considera un VMP. . Para él se han encontrado muchos usos profesionales, tanto para espacios de exterior como para trabajos en naves industriales o pabellones. También se han popularizado en servicios turísticos y algunos cuerpos de seguridad.
● El scooter en general son vehículos motorizados de dos ruedas, pero de dimensiones reducidas, entre 30-37.5 cm de diámetro. No se puede ya encasillar en una sola cosa ya que en el mercado han aparecido modelos con diseños muy diversos.
Estos vehículos tienen en común que ayudarán a reducir emisiones de carbono de forma significativa. E igualmente pueden brindar una alternativa de movilización para esos momentos en los que no es tan accesible el combustible.
La micromovilidad para ciudades sanas
Debido a los llamados de atención sobre la contaminación del último par de años, por fin se ve una verdadera preocupación colectiva. Según el informe del Banco Interamericano de Desarrollo, a medida que los países latinoamericanos se modernicen habrá una subida en las adquisiciones de autos. Lo que generará más gases de invernadero que ya eran altos solo por los vehículos de carga, así que se deberán tomar medidas.
La micromovilidad busca satisfacer las necesidades de transporte de manera equitativa entre todos los ciudadanos. Así como de descongestionar el tráfico de las ciudades más pobladas y contribuir a mejorar la calidad del aire. Los vehículos de carga pesada no pueden ser suplantados de sus trabajos rudimentarios, así que los más livianos aligerarán el resto de los ámbitos.
Desafíos para los VMP
Este tipo de propuesta a la que se están sumando los VMP no son una idea reciente. Ya que las medidas para incluir bicicletas en las ciudades se llevan años implementando, no siempre de manera exitosa. Los planes de transporte, bien sean de movilidad en masa o micro, representan altas inversiones para las ciudades. Y, lamentablemente los subsidios apenas pueden cubrir una de las opciones, no alcanza para las dos.
¿Dónde se aparcarán estos vehículos?
Ya sea que se implemente la micromovilidad como servicio público o que la gente tenga sus propios vehículos se necesitan ciertas condiciones. No es lo mismo contar con un estacionamiento donde los autos están juntos que tener bicicletas y scooters. A pesar de que ocupan menos espacios se requiere mayor seguridad porque son más fáciles de hurtar. Además de lugares para atarlas con sus cadenas de seguridad y que no corran el riesgo de caerse.
Necesitarán aceras con mayor espacio o rotondas amplias, para que en la calle puedan dejarse sin entorpecer el paso de los peatones. Porque merecen igualmente tener tanta accesibilidad como los que poseen automóviles convencionales. Por lo que las empresas o entes gubernamentales que se preocupen por promover la innovación deberán planificar esto minuciosamente.
Zonas de recarga
Debido a que estos vehículos necesitan recargar energía necesitan de sitios especiales. Hay países que ya lo han empezado a implementar teniendo inclusive estaciones alimentadas con energía solar. Esto se debe ver como una inversión que posiciona a la ciudad como ecológicamente consciente e innovadora. Y, al contrario de lo que puede creerse, no costaría una cifra exorbitante.
La implementación en flotas de transporte
Empresas de transporte de gran envergadura están empezando de a poco a incluir estos vehículos pequeños. Ya que demuestran adaptabilidad como compañía pero también es una forma práctica de brindar el servicio. No se necesitan choferes, por lo que la inversión es hacia los VMP. Y tiene la ventaja de que si se instala la estación de recarga en la misma sede de la flota se ahorra muchísimo.
Esto funcionaría de la siguiente manera, se tienen a disposición motos, bicis y otros vehículos eléctricos. Las personas hacen su reserva, buscan el vehículo y lo devuelven al terminar su jornada. Es cuestión de establecer montos según las horas que se deseen pasar usándolo. Además es sumamente útil para ofrecerlo a empresas que necesitan cubrir la movilidad de sus trabajadores.
Moverse de manera diferente
Uno de los retos más grandes de la micromovilidad es hacer que la gente acepte estos medios de transporte. Pero se tienen altas expectativas debido a sus maravillosos beneficios para el planeta y las personas. Por lo que si tienes una empresa de transporte, es hora de mirar más allá, así lograrás integrarte a las nuevas tecnologías.
